Aprendizaje inmersivo y motivador del formato fulldome
La bibliografía analizada en este estudio exploratorio pone de manifiesto el gran potencial que ofrecen los entornos inmersivos y en particular el formato fulldome, en el ámbito educativo.
El uso del formato fulldome crea un espacio de aprendizaje inmersivo capaz de mejorar la atención, la memoria y la motivación, entre otros beneficios. Este formato transforma la adquisición pasiva de conocimientos en experiencias vivenciales, situando al espectador en el centro del aprendizaje y convirtiéndolo en un autentico explorador de emociones a través de sus sentidos.
Un recurso educativo en fase inicial
En la actualidad, el uso educativo del fulldome se encuentra todavía en una fase inicial de desarrollo. La escasa bibliografía disponible -especialmente en castellano- y los resultados positivos reflejados en la literatura no existente apuntan a la necesidad de generar un mayor corpus teórico y realizar investigaciones empíricas que respalden su aplicación en el aula. Esta tecnología, como refuerzo a la enseñanza tradicional, se ha vuelto cada vez más accesible gracias a la aparición de domos portátiles y a la reducción de costes de instalación y operación.
Aunque el fulldome ha tenido presencia en planetarios con fines educativos, son escasas las iniciativas que han explorado su potencial más allá de este contexto. Sin embargo, su capacidad para transmitir contenidos complejos mediante experiencias inmersivas podría convertirse en una herramienta clave para combatir el fracaso escolar y despertar el interés de los estudiantes. Espacios así permiten acercar la ciencia de manera atractiva, facilitando la comprensión de conceptos abstractos que, en un modelo tradicional, podrían resultar lejanos o tediosos.
Una oportunidad para el futuro educativo
Estamos, por tanto, ante una oportunidad emocionante para impulsar una revolución educativa. Una tecnología capaz de transformar el aprendizaje y adaptarlo a las necesidades del siglo XXI, alejándose de un modelo que, como señalaban Ken Robinson, no explota el verdadero potencial de los niños ni responde a la realidad de nuestro tiempo.