A nadie que esté implicado en el mundo de la publicidad online le ha dejado indiferente el ascenso de los ad blockers, los bloqueadores de publicidad. Para los más alarmistas suponen un peligro, un punto de inflexión en el marketing digital tal y como lo conocemos hasta ahora; para otros es uno más de esos peligros de alta resonancia tan habituales en cualquier actividad relacionada con el marketing en las webs y las redes sociales. Sí, de alta resonancia porque se habla, se discute, se escribe sin parar durante unos cuantos meses y, al final, tampoco era para tanto. Pero, ¿de verdad nos tenemos que preocupar?
¿Qué es un Ad Blocker?
Son aplicaciones software que impiden que los anuncios se muestren en las páginas webs que visitamos. Generalmente son extensiones (plugins, add-ons) de los navegadores. Actualmente, existen varias opciones disponibles para Chrome, Firefox, Opera, Safari e Internet Edge. El más utilizado es el conocido AdBlock Plus. De forma general, funcionan mediante filtros, es decir, enormes listados de texto en los que se escriben fragmentos de texto comunes en las URL que llaman a los anuncios desde los sitios web. Este software bloquea aquellas llamadas a URL que contengan esos fragmentos de texto. Podéis ver un ejemplo de enlaces bloqueados en este archivo.
No es extraño que muchos usuarios los tengan instalados: las webs se ven más limpias sin publicidad intrusiva y se descargan antes, sobre todo si se consultan desde terminales smartphone.
Una funcionalidad que para muchos es tan cómoda, para los gestores de publicidad online se ha vuelto un verdadero problema. ¿Estamos seguros de que se ven lo suficiente nuestros anuncios? Y también para las grandes compañías de Internet (Google, Facebook, Twitter), la mayor parte de cuyos beneficios procede de la venta de publicidad. Según diversas fuentes, su uso no para de ascender, sobre todo entre los internautas más jóvenes. En concreto, un estudio de agosto de 2015 llevado a cabo por Adobe y Page Fair señalaba que eran usados por 198 millones de usuarios en todo el mundo y estimaban unas pérdidas de 22.000 millones de dólares. Se estima que en 2016 provocarán unas pérdidas de unos 44.000 millones.
Crecimiento del uso de ad blockers
¿Amenazan a todos los tipos de publicidad digital?
Los más afectados son los servicios de anuncios automáticos y distribuidos como Google AdSense, Doubleclick y todas las plataformas que funcionan de un modo similar. Son las más utilizadas ya que, además del poder de Google, son muy cómodas de utilizar por parte de los editores que simplemente ponen un hueco en su web y dejan a estas plataformas identificar qué publicidad es la más adecuada según el visitante.
De momento, apenas afecta a los anuncios en redes sociales o Social Ads. Son los que se muestran en Facebook, Twitter o LinkedIn, entre otras redes sociales. La gran mayoría de los ad blockers no pueden bloquear los anuncios en las redes sociales, aunque algunos sí logran algún filtrado parcial. De todas formas, en las redes sociales tenemos dos enormes ventajas que nos permiten combatir la utilización de estos softwares: las campañas son mucho más segmentadas, ya que conocemos mejor qué tipo de seguidores tenemos, así que es probable que la publicidad llegue a quien le interese y no esté tan molesto por ver esos anuncios, al contrario de lo que ocurre con los servicios de anuncios automáticos, que disparan a ciegas y llegan a ser molestos. Otra ventaja es que disponemos de otros tipos de recursos más allá del mero anuncio: campañas, concursos, imágenes, todo un mundo de contenido creativo que los ad blockers no pueden entorpecer.
Pero, existe un tercer tipo de publicidad que no se ve en absoluto afectado: el tradicional banner, el equivalente de la publicidad local en el mundo físico. Ese banner conseguido casi cara a cara, contactando con el anunciante, quien te pasa una imagen para que la enlaces a su web. Sí, el viejo banner es inmune a los ad blockers, ya que no pueden identificar ese tipo de promoción como un anuncio sencillamente porque entonces dejaría de funcionar toda la web. De los tres es el único sistema de anuncios que puede mirar con absoluta tranquilidad el auge de los bloqueadores de anuncios.
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